¡Tu carrito está actualmente vacío!
Los verdaderos protagonistas de la historia de Castillo de Canena y a los que nuestra familia lleva unida casi dos siglos y medio. En el Valle del Alto Guadalquivir, entre las Sierras de Cazorla y Mágina, está la tierra en la que se encuentran estos olivos familiares, que conforman una bella finca de regadío de la que recolectamos todas y cada una de nuestras aceitunas. Con ellas elaboramos el Aceite de Oliva Virgen Extra de la más alta calidad, de tres variedades clásicas como son Picual, Arbequina y Royal.
En Castillo de Canena abarcamos toda la cadena de valor. Es decir, desde el minucioso cuidado de los árboles hasta que el aceite llega hasta el punto de venta en 60 países alrededor del mundo. Por eso ponemos especial esmero en el cuidado de nuestros olivares sostenibles, recursos finitos de los que obtenemos la materia más preciada: su fruto, las aceitunas con las que elaboramos nuestros AOVES de alta gama.
Nuestros olivares son el hábitat perfecto para que las especies vivas autóctonas, vegetales y animales, dispongan de un entorno adecuado y puedan relacionarse de manera armoniosa con el medio que las rodea, estableciendo un equilibrio natural plural. Para fomentar esta biodiversidad estamos embarcados en numerosos proyectos para la recuperación de la fauna, la flora y en especial las aves. Un ecosistema que favorece a todas las especies, incluidos nuestros olivos.
Velar por el medio ambiente y tenerlo presente en todas y cada una de las decisiones que tomamos en Castillo de Canena forma parte de los pilares básicos para asegurar el futuro, no solo de nuestros olivares y nuestros aceites, sino del planeta en el que vivimos.